Un año más, Pamplona se prepara a celebrar sus fiestas, que en buena medida se sustentan publicitariamente en la agresión brutal a seres inocentes (toros), en sus dos versiones escenográficas principales: corridas y encierros. En dicho sentido, deseamos hacer llegar a la opinión pública nuestro firme rechazo a cualquier manifestación lúdica que implique sufrimiento gratuito a inocentes (como desde luego es el caso).
Digámoslo claramente: los encierros más famosos del mundo, los de Pamplona, constituyen de facto una burda agresión gratuita a seres por naturaleza pacíficos y huidizos. En consecuencia, ni la tradición ni la aceptación secular pueden legitimar esta canallada.
En ATEA seguimos creyendo que TODO SUFRIMIENTO ES IGUAL ―al menos porque siempre se muestra indeseable para quien lo padece―, sea cual sea la naturaleza, sexo o especie de la víctima. Por eso condenamos cualquier tipo de agresión gratuita a los animales no humanos. Y, por pura coherencia ética, también la infligida a humanos, sean estos hembras, machos, hermafroditas o asexuales (¿qué puede importar dicho detalle cuando de aplicar justicia se trata?).
La sociedad (española en general, y pamplonica en particular) debemos hacer frente a una profunda reflexión sobre la licitud moral que nos asiste para infligir sufrimiento a inocentes, por obtener con ello diversión y placer. Tal escenario nos aboca sin duda a una incongruencia moral inaceptable en la tan cacareada Sociedad del Bienestar, y hasta cierta incapacidad ética para exigir derechos propios, al tiempo que se los negamos a otros con absoluta grosería.
Solo con TU APOYO podremos seguir luchando a favor de TODOS los animales
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