Se ha presentado una queja formal ante el Síndic de Greuges (Defensor del Pueblo en la Comunidad Valenciana), por lo que consideramos una respuesta inadecuada –por insuficiente– del exalcalde de Tavernes de la Valldigna, localidad donde se abrió un minizoo de animales cuyas condiciones y futuro, tras la información recibida por parte de varios vecinos, eran preocupantes, hecho que originó el envío de una carta al entonces primer edil, a fin de que se diera respuesta a una serie de puntos que considerábamos esenciales para evaluar la posibilidad de una denuncia administrativa. Se da la circunstancia que, de las ocho interpelaciones que en su día planteamos, tan solo se nos responde a una de ellas, sin que ni siquiera se adjunte el documento acreditativo que certifique la afirmación. Paralelamente, dos de los tres puntos ofrecidos por el Ayuntamiento en carta remitida a ATEA no responden a interpelación alguna por nuestra parte, con lo que resulta muy difícil no concluir de los hechos que el alcalde se adscribió a la filosofía popular del “pregunte usted lo que quiera, que yo contestaré lo que me dé la gana”, fórmula que desde luego entendemos no puede presidir la relación entre la Administración y la ciudadanía, máxime cuando esta última no pretende sino el cumplimiento de la normativa vigente –de protección animal en este caso–, precepto básico en cualquier comunidad democrática. Huelga decir que el estamento público de turno debería mostrar su reconocimiento a toda entidad civil que se preocupe por el cumplimiento de las leyes y trabaje en el campo del progresismo moral, en especial si ese trabajo es de corte solidario, como sucede en este caso.
La queja viene dada por lo que consideramos un trato desconsiderado y burlesco recibido por parte del Ayuntamiento, representado en la persona de su entonces alcalde, quien por fortuna no revalidó su mandato en las pasadas elecciones municipales.
Deja tus comentarios
Enviar un comentario como invitado