ATEA MUESTRA AL ALCALDE DE LA LOCALIDAD VALENCIANA DE TAVERNES SU PREOCUPACIÓN POR LOS ANIMALES RESIDENTES EN EL NUEVO "PARC DELS VENTS"

Desde ATEA se remitió recientemente una carta al alcalde de Tavernes de la Valldigna (Valencia), al objeto de mostrarle nuestra preocupación ante las múltiples irregularidades trasladadas a esta asociación por varios vecinos, sobre todo en el sentido de la grave vulnerabilidad que sufren los animales residentes en el minizoo que el propio consistorio ha decidido echar a andar junto a las piscinas cubiertas de la localidad, y que incluye entre otras especies a cerdos, conejos, gallinas, cabras, una pareja de búhos reales y hasta un burro.

Al parecer, el lugar no tiene asignada vigilancia específica alguna, de tal manera que los animales se ven expuestos al comportamiento inadecuado de los visitantes. En tal sentido, se nos informa de que tanto niños como adultos molestan a aquéllos no sólo generando alboroto, sino mediante el lanzamiento de escupitajos y objetos varios. Ante esta desprotección, se ha dado ya algún caso de intento de robo de animales, así como el abandono impune de un conejo enfermo por parte de sus propietarios, animal que murió al poco tiempo, siendo el cadáver arrojado a modo de alimento a la jaula de los búhos reales. Búhos que, por cierto, no reciben los cuidados necesarios, al faltarles agua fresca durante varios días, debiendo ser repuestos los bebederos por vecinos de la zona sensibilizados con su situación.
Asimismo, una cabra comparte espacio con dos de sus crías, a las que rechaza alimentar debido a una supuesta mamitis, diagnosticada mediante fotografía por un veterinario. En consecuencia, los cabritillos no estarían siendo alimentados como es debido, sin que nos conste que alguien del citado Ayuntamiento (responsable último de la situación) esté facilitando alimento a los pequeños.
Por otro lado, sabemos que la procedencia de los animales es muy diversa, dándose el caso de que quien surte de conejos al centro es el guardia de seguridad de las piscinas adyacentes, quien al parecer los cría en su propia casa, y que no tiene relación alguna con el parque zoológico. Parece obvio que tal proceder resulta del todo irregular.
La falta de vigilancia afecta también a la entrada de perros, cuya prohibición queda convenientemente señalada a la entrada del recinto, pero que no se cumple, con lo que la presencia de canes puede llegar a causar molestias a los animales residentes, cuando no poner en peligro su integridad en un momento dado.
 
ATEA emitió un comunicado de prensa mostrando nuestra perplejidad por la decisión tomada por el citado Ayuntamiento en el sentido de crear el citado espacio, que nada positivo aporta a los visitantes humanos (salvo quizá un simple rato de ocio que bien podrían llenar con cualquier otra actividad), y sin embargo afianza en nuestro ideario moral el papel de los animales como meros instrumentos a nuestra disposición, difuminando en consecuencia su verdadera naturaleza, en lo fundamental idéntica a la nuestra en cuanto a deseos y preferencias básicas: el rechazo a las sensaciones desagradables y la querencia por las placenteras.
Y el proyecto ni siquiera cabe ser defendido por unas hipotéticas virtudes educativas, por cuanto el centro se muestra como un escenario caótico, una simple colección de animales puestos ahí para nuestro uso y disfrute.  
 
Es obvio que la sociedad española en general (no nos consta que la valenciana constituya una excepción en este sentido) no está aún educada en valores de respeto a los animales, cosa que podemos atestiguar desde cualquier organización animalista, con lo que la creación irresponsable de este tipo de espacios activa ese déficit educacional y de alguna forma lo perpetúa.
 
No debemos dejarnos engañar. En estos momentos, cuando el centro es nuevo, su aspecto puede mostrarse impoluto, pero por experiencia sabemos que más pronto que tarde el bienestar de los residentes animales se verá severamente mermado, y la gente acabará por perder el interés inicial, con lo que la misma institución que lo promovió se encargará de “darle carpetazo”, deshaciéndose de los animales de la manera más rápida (y burda) posible. La historia es siempre la misma, y lo más grave de todo es que quienes pagan el mayor precio son también siempre los mismos: los animales.
 
Por otro lado, tampoco acabamos de entender la verdadera “necesidad” de crear este centro (menos aún en tiempos de crisis), pues imaginamos que la decisión no responde a una solicitud social expresa y reiterada. Conociendo nuestra incapacidad manifiesta para un respeto integral de los animales, deberíamos hacer al menos un esfuerzo por prescindir de ellos en cuantas facetas nos sea posible, pues casi sin excepciones acaban siendo víctimas inocentes de nuestros caprichos. Y, salvo que se demuestre lo contrario, la decisión tomada por el Ayuntamiento responde a un simple capricho cuyas consecuencias no han sido debidamente evaluadas. En tal sentido, desde Alcaldía se nos confirma oficiosamente que “no hubo una razón especial para decidir el montaje del parque”.
 
Se ha solicitado al alcalde se digne dar respuesta por escrito a determinadas preguntas, por si la asociación considerase oportuno interponer una denuncia formal contra el consistorio por incumplimiento de la normativa proteccionista vigente en la Comunidad Valenciana desde 1994.


REPERCUSIÓN MEDIÁTICA

http://www.lasprovincias.es/v/20110419/safor/tavernes-retira-buhos-parc-20110419.html

http://karinavercher.blogspot.com/2011/04/esquerra-unida-exigeix-manolo-vidal-que.html

http://noticias.charramonover.com/2011/04/estat-dels-animal-del-parc-de-la.html

 


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